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Mi momento viral
Ingrid Z. Concepción
Octubre 2, 2024
Un nuevo mes un nuevo blog. Estaba pensando en posibles temas para escribirles en este nuevo mes; nunca les hice la historia detallada de como me fui viral. Esa gran oportunidad que cambió y validó mi emprendimiento.
Este Blog será un poco más largo así que:
¡VAMOS A LEER! 😉
Todo comenzó en noviembre del 2023 cuando recibí una llamada temprano en la mañana. La llamada era una invitación para el Calle Loiza Food Fest; de inmediato dije si. En la semana comencé a buscar cuando grande o importante es el evento, el posible flujo de personas, donde podía estacionarme y qué cantidad de inventario debía llevar. Estaba asustada porque nunca había participado en un evento grande; no niego que hasta pensé cancelar. (Nunca te dejes llevar por el miedo)
Llegó el día del evento, noviembre 19. Llegué temprano junto a otra amiga artesana. Por obra del destino, a pesar de lo que tuvimos que caminar, nos ubicaron en un lugar bueno con estacionamiento cerca y comida cerca. El evento comenzó oficialmente a las 12:00 pm, el flujo de personas comenzó a llegar. Desde ese momento en adelante comencé a vender, no paré en toda la tarde. El feedback de las personas fue estupendo al igual que las ventas. A las 6:00 pm tenía la mitad de la mesa vendida, se me agotaron las tarjetas y las bolsas para los clientes.
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El reloj marco las 7:00 pm, estaba sentada descansando cuando se acercan tres personas, saludo y les digo:
- “Si tiene alguna pregunta estoy a la orden”.
Cuando observo bien me doy cuenta de que era Gabriela, mi reacción fue: no metas la pata, no exageres y trátala normal. Había mucha gente, demasiada, si reaccionaba exagerada todos se darían cuenta que ella estaba allí y no iba a disfrutar del evento. Me hicieron preguntas y al final compró la famosa sortija de sol. BTW, la sortija todos la encontraban bonita, pero rara hasta que encontró su dueña.
¿Cuál fue el problema?
Se me habían terminado las tarjetas y las bolsas. No tenía nada para darle que tuviera el nombre de mi marca o el logo. Me senté tranquila y le cuento a mi amiga que estaba al lado mio (no se dio cuenta). Le dije: “No pude darle mi tarjeta porque se me acabaron. Que sea lo que Dios quiera”.
Esa noche al llegar a mi casa le conté a mi hermana y a una amiga. Les pedí que no dijeran nada, quería que todo fluyera normal. Pasaron dos semanas, llegó diciembre 4. Mi amiga se da cuenta que Gabriela subió una foto a las historias, ella conoce mi trabajo así que notó al instante que tenía la sortija que me compró en el Food Fest. Mi corazón se detuvo y me dio miedo (bendito miedo). Subí un screenshot y la etiqueté en las historias.
¿Adivinen?
Me contestó al instante, escribimos un poco y me acosté a dormir; bueno intenté dormir. Tarde en la mañana siguiente, subió una foto y me etiquetó. De ese momento en adelante mi celular no paró de sonar, caí en pánico mood; mi primera reacción fue tirarme al piso a llorar. Mi hija mayor me dice:
- “Mamá, pero porque lloras si eso no es malo; ahora eres famosa”, la inocencia de los niños.
Después de llorar como por 5 minutos, me puse de pie y busqué ayuda. Luego me organicé para poder manejar el alto volumen de órdenes que recibí. Por 48 horas mi teléfono estuvo recibiendo cientos de notificaciones. Fueron un total de 120 órdenes que trabajé sola; terminé sin uñas y con ojeras.
Fue un suceso que nunca olvidaré la cual gracias a esa compra pude validar mi producto. Esto es algo que nos hablan mucho en el emprendimiento, validar tu producto y se dio de la manera correcta. No hubo intercambio ni collabs, ocurrió como yo quería de la manera más natural y en el momento correcto.
Aparte de validar mi producto pude conocer a muchas chicas que se han convertido en mis compradoras fieles; vivieron conmigo el momento y han vivido mi crecimiento desde ese día. Como escribí en un post “ sentía que estaba escondida en una esquina de Instagram pero ya salí un poco a la luz”. Y digo un poco a la luz porque aun me falta mucho por hacer.
A las chicas que siguen conmigo, gracias por darme la oportunidad de darles un poco de mi arte. Y a las nuevas o nuevos, ya conocen un poco más de mí.
Este momento viral me ayudo aprender mas sobre mi emprendimiento; como organizarme y reaccionar en eventualidades como estas; resolver problemas de los clientes con prontitud; vencer el miedo y ser siempre agradecida.
¡Creo que esto fue más un storytime que un blog!
Who will be next? …
XoXo,
Ingrid Z.